El concepto de ‘Habitat Sano’, ‘Habitat Saludable’ o ‘Casa Sana’ surge como respuesta a una forma desnaturalizada, enferma y a menudo esquizofrénica de vida de la sociedad actual. La gran transformación que se ha dado en nuestra forma de habitar en el último siglo, ha creado grandes urbes y extensiones de cemento y asfalto, como vemos esta la fotografía que tomé en Hong Kong, que desnaturalizan nuestra vida, y nos alejan de nuestra esencia. ¿Qué nos ha llevado hasta aquí como sociedad? Vamos a destacar algunas de las causas o factores clave, con una mirada amplia, y difícilmente exhaustiva, pero que incluye una perspectiva social, tecnológica, económica y medio ambiental. Desde la perspectiva social, cabe destacar el crecimiento de la población mundial y la población en las ciudades y su envejecimiento, la sociedad de consumo, las desigualdades, el aumento del coste del m2 y disminución del espacio y número de personas en cada vivienda, un estilo de vida acelerado y una súper-especialización técnica, perdiéndose conocimientos populares del arte de vivir que se transmitían de generación en generación. Desde la perspectiva tecnológica, la utilización de nuevos materiales y técnicas de construcción, y la carrera tecnológica, en donde el beneficio económico es prioritario al impacto sobre las personas y el medio ambiente. El la época del boom de la construcción, se ha construido con materiales de los cuales no se había evaluado su potencial toxicidad en el ambiente y hacia las personas. Como ha sido el caso de las cubiertas de asbesto, que al romperse desprenden amianto, que ya en los años 80, las autoridades médicas demostraron que provocaba cáncer con elevada mortalidad. Sin embargo, no fue hasta principios de los 2000 que se empezó a prohibir en los países más desarrollados. Desde la perspectiva económica, ha habido una sobre especulación financiera sobre la vivienda que en múltiples casos ha primado el beneficio económico, a costa de abaratar costes y por encima de garantizar la calidad de la habitabilidad de los espacios. Un caso extremo sería el de los edificios enfermos cuya mala ventilación, descompensación de temperaturas, partículas en suspensión… genera espacios cerrados con un ambiente altamente contaminado, afectando a las personas que los habitan con enfermedades como la lipoatrofia y otras afecciones como alergias, jaquecas, mareos… Y más común son las viviendas con calidades y aislamientos deficientes, y el uso generalizado de productos que generan elementos tóxicos, como son los compuestos orgánicos volátiles (COVs) o los compuestos orgánicos persistentes (COPs) que pueden afectar a nuestros sistemas respiratorio, nervioso o endocrino, a órganos como el hígado o riñón, que son cancerígenos y pueden mutar el ADN. Los COVs se generan al evaporarse sustancias presentes en materiales sintéticos como disolventes, adhesivos, barnices, conglomerantes… Y los COPs, llamados así, porque resisten en alto grado la degradación, están presentes en plasticidas, plásticos como el PVC… Actualmente se conocen más de 50.000 sustancias tóxicas usadas en la construcción y decoración de viviendas, muchas de ellas son altamente tóxicas y otras producen molestias considerables. Organizaciones como Greenpeace o Fundación Vivo Sano y Hogar Sin Tóxicos sensibilizan sobre el riesgo de este tipo de sustancias. En Risctox, una base de datos sobre sustancias peligrosas, encontraremos información sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente de las sustancias químicas que pueden estar presentes en los productos. Aunque sean “invisibles”, los materiales que están en el ambiente son bio-acumulables, es decir, se van instalando en nuestro organismo a lo largo de la vida y el cuerpo no tienen capacidad de eliminarlos. Y puede llegar un momento en que éste híper-reaccione con una alergia o en casos extremos, pero cada vez más frecuentes, con sensibilidades químicas múltiples o con otras enfermedades... Por lo tanto, en un hábitat sano eliminaremos el uso de estos materiales. Y por último desde la perspectiva medioambiental, los recursos que soportan nuestra vida en la tierra (agua, suelo, biodiversidad, bosques…) decrecen de manera exponencial, mientras que la demanda de estos recursos crece de manera inversamente proporcional (crece la población, el comercio global…), y gran parte de la población continúa con los ojos vendados a esta realidad. Estamos consumiendo recursos a 1,5 veces más que la capacidad de regeneración del planeta Tierra y nos enfrentamos a un uso excesivo y masivo de unos recursos escasos. Ilustración del embudo de la "Insostenibilidad" de The Natural Step. Como sociedad necesitamos tomar consciencia de cómo estamos habitando e ir dando pequeños pasos hacia un hábitat más sano, potenciando un estilo de vida y de habitar consciente, saludable y en armonía con nuestro entorno natural. Nuestro hogar actúa como nuestra tercera piel, y la calidad o nivel de contaminación de nuestros ambientes nos influye directamente en nuestra salud y bienestar. Aprovecho el inicio del nuevo año, para desearos un año lleno de luz, armonía, salud y corazón! Y que todos vuestros deseos y proyectos se vayan materializando, también aquellos que nos ayuden a crear espacios más saludables y conscientes. Texto adaptado del extracto de la autora publicado en el libro La Energía Viva del Color de Marta Povo como anexo. Quieres saber más? - El libro práctico de la Casa Sana de Mariano Bueno - Vivir sin tóxicos: cómo ganar bienestar y salud para tu familia de Elisabet Silvestre
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Blog de Cristina Costa, buscadora de un modo de habitar consciente. Archivos
Junio 2020
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